La genética Kush es una de las más utilizadas, comercializadas y reputadas de la industria cannábica. Este legendario linaje genético proviene de las recónditas montañas de Afghanistán, un país de Asia Central cuya superficie abarca gran parte del macizo montañoso conocido como Hindú Kush. Esto complejo sistemas de montañas con más de 100 picos que superan los 6. 000 metros de altitud, ha visto nacer y evolucionar durante siglos a la genética cannábica que nos supone objeto de estudio.
El Hindú Kush ha aportado genéticas míticas como Skunk #1, Sour Diesel, Blueberry o Afghan Kush, entre muchas otras. Una gran parte de las variedades más resinosas, potentes y de floración más rápida, tienen en sus ancestros la genética Afghani.
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- 1 Algunas genéticas de procedencia afgana
- 2 Características y orígenes de la genética Afghani
- 3 Clima e influencia en su comportamiento
- 4 Algunos bancos que cuentan con genéticas afganas
- 5 ¿Cómo llego a ser mundialmente conocida la genética Afghani?
- 6 Producción actual en el país de origen
- 7 ¿Cómo realizan las extracciones en Afganistán?
Algunas genéticas de procedencia afgana
- Afghan Express
- Afghan Hash Plant Regular
- Afghan Haze Regular
- Afghan Kush
- Afghan Kush Regular
- Afghan Kush X Skunk
- Afghan Kush X White Widow
- Afghan Kush X Yumbolt
- Afghan Skunk
- Afghani 1 Feminizada
- Afghani 1 Regular
- Afghani1 Automatic
- Afghanica Regular
- Auto Afghan Mass
- Auto Afghan Skunk
- Hash Plant Regular
- Hindu Kush
- Master Kush
- Master Kush X Afghan Haze Regular
- Mazar
- Mota Khan Afghana
- Northern Lights
- Purple Afghan Kush
- SAD Sweet Afghani Delicious S1
- Super Skunk
Características y orígenes de la genética Afghani
Las genéticas Afghani se ha adaptado durante cientos de años al clima extremo de las montañas del Hindú Kush por lo que tienen un porte más bien bajo, robusto y cogollos prensados y gordos. Las hojas son más oscuras, anchas y grandes que las variedades tropicales. Los colores de las plantas suelen ser próximos al verde oscuro y los niveles de resina son superiores al del resto de genéticas. De hecho, las variedades originarias de esta zona han sido siempre la preferencia a la hora de realizar extracciones de hachís. Las charas, por ejemplo, es un tipo de hachís tradicional que se extrae a mano empleando variedades afganas. Un hachís muy potente, oscuro y con un sabor realmente intenso.
Además, los efectos de estas genéticas son más físicos, sedantes y soporíferos que los de sus competidoras Sativas. También sus propiedades organolépticas son muy diferentes ya que el sabor es principalmente terroso con sabor a hachís, algunas variedades combinan dicho sabor con notas a café o pino.
De todos modos, aunque las más empleadas en esta zona en la actualidad son las Indicas, la existencia de variedades Sativas en la región asiática está documentada desde hace más de noventa años por el botánico ruso Nikolai Vavilov. Este mismo estudioso dejo constancia del trabajo de los nativos con variedades Sativas; además de la existencia de variedades indicas silvestres que crecían a la orilla del río Kunar y que no habían sido cultivadas hasta la fecha.
Es decir, el cultivo tradicional más antiguo empleaba también Sativas, aunque con el paso de las últimas décadas se dejaron de utilizar las variedades Sativas para focalizarse en el monocultivo de variedades Indicas silvestres. Existen diversas teorías que tratan de dilucidar el porqué de ese cambio, aunque ninguna de ellas ha sido confirmada.
Lo que sí que está confirmada es la actual expansión de las genéticas Indicas Afghani por todo el planeta, desde las costas californianas al mediterráneo o el norte de Europa.
Clima e influencia en su comportamiento
El clima extremo en el que han evolucionado estas genéticas las ha dotado de un comportamiento vegetativo muy concreto. Además de las características anteriormente nombradas, también su tiempo de floración es diferente.
Al haber evolucionado en climas semidesérticos y alejadas del ecuador, el clima solo permite realizar una floración al año. Además, la temporada varía en función de la zona del país, en el norte de Afganistán se planta entre abril y mayo, mientras que en centro y el norte se esperan hasta mayo o junio. La época de cosecha es más homogénea, los cultivadores de todo el país cosechan entre octubre y diciembre, en función de las preferencias del cultivador, la variedad o la climatología.
Dicha situación ha hecho que la floración de estas variedades sea más rápida que la de las variedades tropicales procedentes de Centroamérica, Sudamérica o el Sur de Asia.
Algunos bancos que cuentan con genéticas afganas
- Advanced Seeds
- Barney’s Farm
- Buddha Seeds
- Delicious Seeds
- Dinafem
- Dutch Passion
- Eva Seeds
- Gea Seeds
- Mr.Nice
- Positronics
- Sensi Seeds
- Sweet Seeds
- White Label
- World of Seeds
¿Cómo llego a ser mundialmente conocida la genética Afghani?
Estas genéticas evolucionaron durante siglos aisladas en la cordillera del Indú Kush hasta que a mitas de la década de los 90 el llamado sendero “Hippie” comenzó a llenar la zona de peregrinos de dicha subcultura. Estos hippies viajaban hasta la India y Nepal, pasando por Afganistán, para emprender un viaje espiritual cargado de humo Indico.
Los visitantes probaron las mariguanas afganas gracias al contacto con la población local y comenzaron a regresar a Europa (Holanda) y América (EE. UU) cargados de semillas. El sabor terroso e intenso de estas variedades enamoraron rápidamente a los consumidores del mundo entero y se comenzó a trabajarse en la selección y estabilización de variedades afganas cada vez más potentes y sabrosas.
En pocos años, los mejores breeders de la industria cannábica habían creado las delicias clásicas que conocemos en la actualidad. Algunas variedades tan míticas como Skunk, AK 47 o Northern Lights se deben al cruce de Sativas colombianas, mejicanas y tailandesas con ejemplares afganos. Cheese, Sour Diesel o Blueberry son también claras descendientes genéticas de las variedades afganas. Y, a su vez, estas variedades clásicas han dado lugar a muchos otros híbridos comercializados en la actualidad.
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Ya han pasado más de cuatro décadas desde que las genéticas afganas se expandieron por todo el planeta y enamoraron a los fumadores más experimentados. Sería impensable plantear el mercado actual de genéticas cannábicas sin la inestimable aportación de estas magnificas variedades.
Producción actual en el país de origen
Afganistán destaca por producir hachís de calidad mediante estas variedades. En la actualidad, el país asiático es el principal productor de hachís a nivel mundial, por delante de países como Marruecos. De hecho, el país norteafricano cultiva más hectáreas al año, pero la producción es menor debido al cima, los métodos y las variedades que cultivan. Afganistán cultiva aproximadamente 35.000 hectáreas de cannabis al año, mientras que Marruecos cultiva unas 60.000 hectáreas. Por cada hectárea el país asiático obtiene 145 kilos de hachís, mientras que Marruecos obtiene 40-45 kilos.
¿Cómo realizan las extracciones en Afganistán?
Contestar esta pregunta con todo lujo de detalles necesitaría un artículo completo. De forma muy resumida hay que señalar que los métodos de extracción varían en función de la zona del país. En las zonas del norte del Afganistán se suele emplear el tamizado en seco, aprovechando los fríos meses de invierno para secar bien la marihuana. En el sur son muchos los que todavía emplean el método tradicional del frotado a mano, del que resultan las charas. El sistema consiste en frotar y desmenuzar los cogollos con las manos hasta impregnarlas de resina por completo. Después se calienta la capa que cubre nuestras manos mediante una cerilla o una chimenea hasta que se ablanda y poco a poco formamos una bola. Esas bolas son las charas, uno de los hachises de mayor calidad del planeta.
¿Qué variedad emplean?
Cualquier variedad afgana se utiliza en la producción de hachís, pero la que más abunda en las escarpadas laderas afganas es la variedad conocida como Mazari, seguida de la Watani y algunas escasas plantaciones de Logari Shadani.
Se cree que en la actualidad existe una diversidad cannábica muy inferior a la que había hace apenas unas décadas en el Hindú Kush. Los continuos conflictos armados y la acción del hombre no pasan nunca desapercibidas para la naturaleza, que sufre continuamente las devastadoras consecuencias; en esta ocasión, con la desaparición de cientos de variedades que poblaban la zona enriqueciendo la biodiversidad del paisaje afgano.
De todos modos y pese a las malas acciones de nuestra especie, desde Gea Seeds siempre estaremos agradecidos a esta región del planeta que nos ha obsequiado con uno de los linajes genéticos más destacados del mundo cannábico.
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