En el cultivo de cannabis, como en la vida, hay dos tipos de estrés: el bueno y el malo.
El estrés positivo logra que la planta de cannabis trabaje más duro para lograr un objetivo deseable. El estrés negativo es contraproducente para el crecimiento, la floración y en última instancia, podría acabar con la vida de la planta. Al cultivar cannabis, es importante maximizar el uso de un buen estrés y minimizar la introducción de un mal estrés.
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El estrés negativo
Algunos factores estresantes de las plantas son contraproducentes para el crecimiento, ya que inhiben la capacidad de las plantas de absorber la luz para realizar correctamente la fase oscura y luminosa de la fotosíntesis, limitan las cantidades apropiadas de transpiración en las hojas, aumentan la susceptibilidad al ataque de plagas y enfermedades, y potencialmente causan que las plantas desarrollen anormalidades genéticas (hermafroditismo). Por todo ello, es importante conocer las causas y evitarlas en la medida de lo posible.
Estrés lumínico
Durante la etapa de floración, las plantas de cannabis son muy susceptibles al estrés de las interrupciones del ciclo de luz. Por tanto, es crucial mantener la oscuridad total durante todo el ciclo de apagado de las luces, así como un cambio constante de luz, es decir, que las luces se apaguen y se enciendan siempre a la misma hora.
Si debes realizar trabajos durante el ciclo de apagado de las luces, utilice únicamente un LED verde de baja potencia como fuente de luz.
Temperatura
En el ambiente de cultivo interior, el calor suele ser mucho más un factor estresante negativo para las plantas de cannabis que el frío; debido al calor que emiten los focos.
Cuando las condiciones ambientales superan los 27, 28 grados, las plantas comienzan a alterar sus patrones de crecimiento para acomodar una mayor tasa de transpiración y mantener la planta fresca. Esto produce estructuras poco robustas y ramificadas, lo cual supone un reporte negativo en la producción final.
A temperaturas extremadamente altas, la fotosíntesis puede cesar por completo y la maduración del cultivo se retrasará. Por tanto, mantener la temperatura y la humedad de la habitación a un nivel adecuado durante todo el día es crucial para un crecimiento y una floración eficiente.
Estrés positivo
Hay algunas formas de estrés que pueden resultar positivos en el desarrollo de las cepas. La exposición de las plantas de cannabis a ciertos tipos de estrés dará lugar a plantas robustas que pueden llegar a producir mayores cantidades de resina y cogollos más grandes.
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Circulación de aire
El uso de la circulación de aire en el cuarto es la forma más común de estresar las plantas, de ahí que prácticamente todo cultivador tenga un ventilador balanceando sus plantas de lado a lado. Mediante el uso de un ventilador oscilante para mantener en movimiento las cepas se está proporcionando pequeñas tensiones al tallo de la planta que le ayudan a hacerse más grueso y robusto.
La poda y los tutores
La poda puede servir para manejar el crecimiento de la planta, manipulando la forma y el tamaño de la planta. Estos factores de estrés alteran el crecimiento al cambiar las vías de distribución de nutrientes de las plantas, modulando las tasas metabólicas y extendiendo físicamente la planta lateralmente, lo que facilita el mantenimiento de un dosel uniforme.
Hay varias maneras de lograr este fin. Algunos pueden parecer extremos, pero vale la pena experimentar con ellos si aún no lo ha hecho.
El entrenamiento de bajo estrés (LST) es la práctica de utilizar pequeñas cantidades de fuerza constante para estimular el crecimiento de las ramas de las plantas en la dirección elegida por los cultivadores mientras se abren los nódulos inferiores a una mayor intensidad de luz.
La aplicación de esta tensión a lo largo de la fase de crecimiento vegetativo proporcionará un crecimiento de tallos gruesos, lo que producirá capacidades adicionales de suministro de nutrientes y agua durante la floración. Esta técnica es muy buena para aumentar el rendimiento por planta, manteniendo al mismo tiempo la altura total de la planta al mínimo. Los cultivos SOG SCROG son un buen ejemplo de ello.
Las podas se pueden realizar varias veces a través de la fase vegetativa para mantener la altura deseada de las cepas o darles una forma determinada. No realizar nunca podas durante la fase de floración.
Temperaturas frías
Si bien puede parecer una mala idea permitir que las plantas de cannabis se enfríen demasiado, en realidad puede ser beneficioso permitir que la habitación baje la temperatura por la noche durante las dos últimas semanas del ciclo de floración. Esto hará que las plantas produzcan una cantidad extra de resina que las hará más potentes y sabrosas.
Algunas conclusiones
Como se ha podido comprobar, el estrés puede afectar a la planta de muchas maneras, tanto buenas como malas. Depende del cultivador saber cómo aprovechar lo positivo y mantener a raya los factores estresantes que puedan resultar negativos para el cultivo. Si se utilizan correctamente, ciertas dosis de estrés ayudarán a aumentar el rendimiento del cultivo, prueba y repite.
