¿Qué es el hachís? ¿Qué tipos hay? ¿Cómo podemos hacer nuestro propio hachís? Todas estas cuestiones serán resueltas en el siguiente artículo. Para empezar, analizaremos brevemente la historia del hachís y su composición. En primer lugar, señalar que resulta realmente complejo datar con precisión los orígenes del hachís.
Los orígenes del hachís.
Existen una gran cantidad de leyendas que tratan el tema del origen del hachís, pero no podemos considerar estas fuentes como fiables. Las primeras pruebas fehacientes de la existencia del hachís y su consumo las encontramos en algunos textos árabes de los siglos IX, X y XI, como el “Libro sobre Venenos” de Ibn Wahshiyya o en “Las mil y una noches” de Abu Abd-Allah Muhammad.
De todos modos, algunas de estas fuentes señalan el origen del hachís en el pueblo mongol, aunque no existen pruebas concluyentes. Lo que está completamente probado es que durante la Edad Media su consumo se propagó por todo el mundo árabe, encontrándose restos de hachís en numerosas pipas de yacimientos arqueológicos de dicho período. Encontramos numerosos ejemplos de ello, y muy cercanos, ya que en los yacimientos arqueológicos del castillo de Cullera, se han encontrados pipas de época musulmana con restos de hachís en su interior.
La palabra “hachís” tiene su origen en la palabra árabe ( حشيش ) hashish, cuyo significado se puede traducir al castellano como hierba seca, cés-ped o cáñamo. De todos modos, aunque su expansión y consolidación se diera en el mundo árabe, muchos expertos señalan el mundo persa como el origen de dicha sustancia. Aunque no solo el mundo árabe ha sido tradicionalmente el productor y consumidor de hachís, zonas como el Líbano, Afganistán, India o Nepal, también son zonas que tradicionalmente han producido y consumido hachís. Y como todos sabemos, en la actualidad su consumo se ha expandido por todo el planeta.
Composición del hachís.
Este ha sido un resumen de los orígenes del hachís, pero, ¿Qué hay de la composición de esta sustancia? El hachís consiste en un concentrado de la resina del cogollo de la planta del cannabis, que previamente se ha separado de la flor mediante distintos métodos como el tamizado. El resultado es una sustancia que contiene altos niveles de THC, sustancia psicoactiva que produce los efectos del cannabis. Los distintos procesos, métodos y calidades que se empleen en su producción, influirán de forma directa en el producto obtenido. De hecho, las formas y tipos de hachís son múltiple y variadas.
Generalmente el hachís que habrás consumido será tamizado en seco, que es el método más común empleado por los productores. Aunque también se puede extraer mediante el frotado a mano, que es la forma de extracción más antigua, el cribado de la planta en seco o a través de algunas técnicas más modernas como le separación de la resina mediante el uso de gas butano. Esta técnica se ha convertido en una de las más punteras ya que ha obtenido los concentrados de THC más potentes, llegando al 90%, cuando la media es del 15% al 40 % de THC.
Estas son algunas de las más conocidas, pero existen muchas más. Por ejemplo, a través de electricidad estática, por presión y calor, por vibraciones acústicas o la extracción mediante el uso de hielo y agua, que a su vez también se puede realizar mediante diversos sistemas. Básicamente consiste en meter los cogollos en agua, quedando la materia vegetal en la superficie y bajando al fondo los tricomas con los que produciremos nuestro hachís. A continuación explicaremos detalladamente los métodos más destacados.
Tipos de extracciones.
1. BHO
El aceite de hachís o BHO (Butane Hash Oil). Esta matriz resinosa de cannabinoides obtenidos del cannabis, puede ser bho sativo, índico o cera. El sistema para obtenerlo se basa en introducir marihuana machacada en un tubo de acero agujereado por un extremo y con una entrada para una válvula de gas butano por el otro. Al ser el butano un disolvente apolar, arrastra las glándulas de la marihuana, separándolas de la materia vegetal, y resultando un líquido del que solo tendremos que dejar que se evapore el gas.
bho
A parte del butano, también podéis emplear alcohol o cloroformo. La sustancia obtenida será una masa endurecida o muy viscosa, dependiendo del proceso, y con unos niveles psicoactivos superiores a cualquier otro producto obtenido del cannabis. Este es un producto poco consumido en la actualidad pero que comienza a cobrar gran importancia dentro del mundo cannábico. Cada vez son más los fumadores que apuestan por este nuevo producto que ha revolucionado los porcentajes de CBD y THC.
2. Extracción en seco
Como se ha explicado con anterioridad, el sistema más antiguo y común es el de la extracción en seco, a través de diversos tipos de tamices. Tradicionalmente se utiliza una tela porosa que al ser golpeada va filtrando la resina del cannabis. Este es el método tradicional más empleado en Marruecos y es uno de los más sencillos.
tamizado hash
Podemos realizarlo, por ejemplo, con un cubo y una media. El sistema es sencillo, ponemos un cubo o una palancana, en la parte superior colocamos una media, estirada y atada, de forma que quede tensa. Sobre la media colocamos los cogollos y a su vez, sobre los cogollos colocamos otra tela atada y tensada, de forma que el cannabis queda presionado entre ambas. Una vez tenemos hecho esto, solo nos queda golpear con un palo sobre la tela que cubre la marihuana. A medida que vayamos golpeando, la resina será filtrada por la media e ira cayendo en el interior del cubo. El resultado será una montaña de resina, qué al prensarla, nos producirá un hachís de muy buena calidad. En la actualidad se venden muchos artilugios modernos para llevar a cabo este sistema de forma sencilla y mecánica.
3. Extracción con agua Ice-o-lator
Básicamente, como hemos señalado anteriormente, consiste en meter los cogollos en agua, quedando la materia vegetal en la superficie y bajando al fondo los tricomas con los que produciremos nuestro hachís. La utilización de hielo es recomendable ya que el frío facilita el funcionamiento del sistema. Una vez tenemos todo el fondo del recipiente lleno de resina y tricomes, sacaremos la solución y la dejaremos secar. También existen nuevos aparatos que facilitan el proceso.
ice-o-lator
4. Budder
Este sistema se lleva a cabo mediante bolsas de agua o bubblebags, que tienen agujeros de diferentes tamaños para filtrar la resina después de mojar la marihuana en agua helada. Posteriormente se empezó a utilizar alcohol, cloroformo, propano, butano u otros solventes que ayudan a extraer los cannabinoides de la marihuana. Este es uno de los métodos que mayor calidad ofrecen, resultando una crema con una textura similar a la cera, de color miel y oro. Existen una gran variedad de bubblebags a la venta que nos facilitan el proceso. Dentro de este tipo de extracción, también encontramos el “shatter”, uno de los concentrados más potentes. Consiste en utilizar el sistema del BHO, pero con temperaturas ambiente, resultando una sustancia suave, sólida, transparente y cristalina.
Budder
5. Jelly Hash
Este sistema es el resultado de combinar varios métodos. Por ejemplo, uno de los más interesantes es mezclar hachís seco con BHO, que hará la función de aglutinante y producirá un hachís muy aromático, blando e incluso viscoso. Este es uno de los resultados de mayor calidad, ofreciéndonos una solución deliciosa.
Jelly Hash
¡Esta ha sido una breve aproximación al mundo de la extracción del hachís y sus derivados, desde Gea Seeds esperamos que os haya resultado interesante!
