Los cannabinoides son compuestos químicos que actúan sobre el sistema endocannabinoide del cuerpo humano y de otros animales. Este sistema está formado por receptores, principalmente CB1 y CB2, endocannabinoides producidos de forma natural por nuestro organismo y enzimas que regulan su actividad. La mayoría de los cannabinoides están presentes en la marihuana y otras variedades de cannabis, pero existen otros fabricados por el propio cuerpo e incluso en laboratorios. Son los responsables de muchos de los efectos de consumir cogollos de marihuana sobre el cuerpo humano.

¿Qué efectos provocan los cannabinoides?
Los cannabinoides producen sus efectos al interactuar con el sistema endocannabinoide, un conjunto de receptores en el cerebro y el cuerpo que regulan funciones como el apetito, el dolor, el estado de ánimo y el sueño. Sin embargo, hay muchos tipos de cannabinoides y cada uno de ellos tendrá un efecto u otro en el organismo y en diferentes medidas, por ejemplo:
El THC es el cannabinoide con el efecto más potente de todos. Es el principal responsable del “colocón” al fumar o ingerir marihuana. Genera euforia, estimula el apetito y produce relajación, aunque en dosis altas puede provocar ansiedad o mareos. En cambio, el CBD no es psicoactivo y se asocia con efectos calmantes, ansiolíticos y antiinflamatorios, además de tener aplicaciones médicas en epilepsia y dolor crónico.
Otros cannabinoides menos conocidos, como el CBG, el CBC o el CBN, también muestran propiedades y efectos interesantes: el CBG podría ser neuroprotector, el CBC tiene efectos antiinflamatorios y el CBN se relaciona con la inducción del sueño.

Tipos de cannabinoides
La planta de cannabis contiene una gran diversidad de cannabinoides. Hasta la fecha, las investigaciones han identificado aproximadamente 120 a 150 cannabinoides diferentes, aunque el número exacto puede variar según la fuente científica, porque cada año se descubren y aíslan nuevos compuestos.
Es por ello que los cannabinoides se dividen en distintas categorías según su origen y características, siendo los fitocannabinoides, producidos por la planta de cannabis, los más conocidos. Además, existen los endocannabinoides, producidos naturalmente por nuestro organismo, y los cannabinoides sintéticos, creados en laboratorios con fines médicos o de investigación.
Cada tipo de cannabinoide tiene efectos y aplicaciones distintas: algunos son de efectos psicoactivos, otros no, y muchos cuentan con un gran potencial terapéutico. Por eso, comprender las diferencias entre ellos resulta esencial para aprovechar sus beneficios de forma responsable y segura.
Fitocannabinoides, creados por la planta de marihuana
Los fitocannabinoides son los cannabinoides fabricados de manera natural por la propia planta de Cannabis sativa. Más de 120 conocidos en la planta de la marihuana, aunque los más estudiados son el THC y el CBD.
- THC (tetrahidrocannabinol): Es el cannabinoide más famoso y buscado por ser el encargado de producido ‘ciego’ pero también el más perseguido y prohibido en buena parte del planeta. Produce efectos psicoactivos.
- CBD (cannabidiol): El segundo cannabinoide natural más buscado por los consumidores de marihuana. A pesar de no ser psicoactivo o producir efectos cerebrales, el CBD se estudia en el mundo de la medicina cannábica por sus propiedades relajantes y antinflamatorias capaces de ayudar en enfermedades como la epilepsia, ansiedad o el dolor crónico. Aunque está prohibido en numerosos países, otros muchos han comenzado a utilizarlo en todo tipo de cremas, medicinas, aceites…
- CBG (cannabigerol): Se le llama “cannabinoide madre” porque a partir de él se sintetizan otros en la planta. No está tan estudiado como los dos anteriores pero se piensa que tiene posibles usos como antibacteriano, neuroprotector y de apoyo contra enfermedades inflamatorias.
- CBC (cannabicromeno): No es psicoactivo y su acción se da a través de receptores distintos a los clásicos CB1 y CB2, como los TRPV1 y TRPA1, que están relacionados con la percepción del dolor, la inflamación y la respuesta del sistema nervioso. Diversos estudios sugieren que el CBC podría tener propiedades analgésicas, antiinflamatorias y antibacterianas, además de favorecer la neurogénesis, es decir, la formación de nuevas neuronas.
- CBN (cannabinol): El CBN no se produce directamente en el metabolismo de la planta, sino que se forma por la degradación del THC cuando este se expone al oxígeno y la luz durante un tiempo prolongado. Esto explica por qué los cogollos de marihuana más antiguos suelen contener más CBN que las recién cosechadas. El CBN tiene un leve efecto psicoactivo, mucho menor que el THC, por lo que se considera prácticamente no intoxicante. Sus propiedades más destacadas están relacionadas con un posible efecto sedante.

Endocannabinoides, producidos por el cuerpo humano
Los endocannabinoides son compuestos que produce de manera natural el propio organismo humano y que cumplen una función muy similar a los cannabinoides de la planta de cannabis. Su misión principal es ayudar a mantener el equilibrio interno del cuerpo, lo que se conoce como homeostasis, regulando procesos como el apetito, el dolor, el sueño, el estado de ánimo, la memoria y la respuesta inmune. Forman parte del sistema endocannabinoide, junto con los receptores cannabinoides (CB1 y CB2) y las enzimas que los sintetizan y degradan.
- Anandamida (AEA): Descubierta en 1992, su nombre proviene del sánscrito ananda, que significa “felicidad” o “dicha”. Es conocida como la “molécula de la felicidad” porque participa en procesos relacionados con el placer, la memoria, el apetito y la percepción del dolor. Actúa principalmente sobre los receptores CB1 del cerebro y se degrada rápidamente por lo que sus efectos son breves.
- 2-araquidonilglicerol (2-AG): Es el endocannabinoide más abundante en el sistema nervioso. Tiene afinidad tanto por los receptores CB1 como por los CB2. Se relaciona con la modulación de la inflamación, la protección neuronal y la regulación del dolor.
- Éter noladín: Se considera un endocannabinoide menos estudiado, con afinidad por los receptores CB1 y CB2. Su papel aún no está del todo claro, pero podría participar en funciones de neuroprotección y regulación de la presión intraocular.
- N-arachidonoildopamina (NADA): Es un endocannabinoide descubierto a finales de los años noventa, considerado un híbrido entre la dopamina y el ácido araquidónico. Tiene la particularidad de actuar como ligando de los receptores CB1 y, al mismo tiempo, activar los receptores vanilloides TRPV1, relacionados con la percepción del dolor y la temperatura. Se cree que desempeña un papel en la modulación de la transmisión nerviosa, la neuroprotección y la regulación del sistema cardiovascular.
Cannabinoides sintéticos, fabricados en el laboratorio
Los cannabinoides sintéticos son compuestos diseñados y producidos en laboratorio que imitan o modulan la acción de los cannabinoides naturales sobre el sistema endocannabinoide del cuerpo. Se fabrican por diferentes fines: científicos (estudiar cómo funcionan los receptores y vías biológicas), farmacéuticos con controles de seguridad y ensayos de uso (desarrollar medicamentos con efectos terapéuticos mejorados o más selectivos) y también para el mercado ilegal (drogas). Este grupo también involucraría a los cannabinoides semisintéticos, que son aquellos que no existen de forma natural en la planta de cannabis (o aparecen en cantidades ínfimas), pero que se obtienen en laboratorio a partir de otros cannabinoides naturales mediante procesos químicos como isomerización, acetilación o hidrogenación como es el caso del HHC.
- Dronabinol: Es la versión sintética del Δ9-THC y se comercializa como medicamento en algunos países y se utiliza para tratar los vómitos causados por la quimioterapia, así como la pérdida de apetito en pacientes con VIH/SIDA.
- Nabilona: Es un cannabinoide sintético parecido al anterior, pero más potente, aprobado en medicina para aliviar náuseas intensas relacionadas con tratamientos de cáncer. Tiene una potencia superior al THC natural.
- HU-210: Desarrollado en la Universidad Hebrea de Jerusalén. Es un análogo sintético del THC con una potencia hasta 800 veces superior y aunque tarda más en hacer efecto, la duración de estos mucho más prolongada. Estudiado en contextos científicos, pero su potencia lo hace riesgoso fuera de entornos controlados por lo que no tiene aprobación médica para consumo humano.
- JWH-018: Pertenece a la familia de compuestos creados por el químico John W. Huffman para investigación. Tiene afinidad por los receptores CB1 y CB2, y uno de los primeros en aparecer impregnados en productos de “cannabis sintético” comercializados ilegalmente bajo nombres como “Spice” o “K2”. Debido a su alta potencia y efectos adversos, está prohibido en muchos países.
- CP 55,940: Es un cannabinoide sintético desarrollado por Pfizer en los años 70 con fines de investigación, nunca ha sido comercializado. Es un agonista potente de los receptores CB1 y CB2 y se utiliza en laboratorios para estudiar cómo funcionan estos receptores en el organismo.
- Pescao, Spice, k2: Estas drogas sintéticas no son cannabinoides como tal, se tratan de otras hierbas impregnadas en cannabinoides sintéticos. Suelen comprarse en el mercado negro o en contextos no regulados. Los efectos son más impredecibles y peligrosos y aunque los consumidores suelen buscarlos para experimentar efectos similares a los de la marihuana, en la práctica son frecuentes los efectos adversos graves: psicosis, ansiedad extrema, paranoia, convulsiones, taquicardia, hipertensión…
Hacer cannabinoides sintéticos en el laboratorio
La síntesis o fabricación de cannabinoides sintéticos es extremadamente peligrosa y no recomendada para aficionados o sin supervisión experta. Estos compuestos son altamente potentes, impredecibles y pueden causar efectos graves de salud, además, son ilegales en la mayoría de los países y su producción puede tener consecuencias legales severas.
La síntesis de cannabinoides sintéticos en laboratorio implica química orgánica avanzada, usando precursores como indol, naftaleno o resorcinol, y reacciones como acilación o alquilación en solventes, bajo condiciones controladas. Se purifican mediante cromatografía o destilación, pero el proceso es peligroso, requiere equipo especializado. No se recomienda intentar sin autorización y experiencia profesional.

- Advertencia: Agunos sintéticos del mercado ilegal son impredecibles en potencia y pureza y se han asociado a intoxicaciones graves, psicosis, convulsiones, problemas cardiovasculares, daño renal..
Historia y descubrimiento de los cannabinoides
La historia de los cannabinoides es tan antigua como el propio uso del cannabis por la humanidad. Desde hace milenios, esta planta ha sido valorada por sus propiedades medicinales, rituales y recreativas. En la antigua China, hacia el 2700 a. C., ya se mencionaba en textos médicos como un remedio para aliviar dolores y tratar diversas dolencias. En la India, se preparaba en forma de bhang, una bebida utilizada en la medicina ayurvédica y en ceremonias religiosas. También en el Medio Oriente y Europa se empleaba como analgésico y antiinflamatorio, aunque durante todo este tiempo se desconocía qué compuestos exactos eran responsables de sus efectos.
Los primeros aislamientos químicos
El salto científico comenzó a darse a finales del siglo XIX y principios del XX, cuando los primeros químicos intentaron aislar los componentes activos del cannabis. En 1899, el investigador Thomas Barlow Wood logró obtener extractos de la planta, aunque sin identificar claramente las moléculas. Décadas más tarde, en 1940, el químico estadounidense Roger Adams consiguió aislar por primera vez el cannabidiol (CBD) y poco después el cannabinol (CBN). Estos descubrimientos marcaron el inicio de la era moderna de la investigación cannabinoide, aunque aún faltaba identificar el compuesto más famoso de todos: el THC.
El descubrimiento del THC
Ese momento llegó en 1964 en Israel, cuando Raphael Mechoulam y Yechiel Gaoni, en el Instituto Weizmann, aislaron y sintetizaron el tetrahidrocannabinol (Δ9-THC). Por primera vez se pudo explicar científicamente el efecto psicoactivo del cannabis. El trabajo de Mechoulam lo convirtió en una figura central, conocido hoy como “el padre de la investigación del cannabis”. Su hallazgo no solo permitió comprender mejor la planta, sino que abrió la puerta a la creación de derivados sintéticos y medicamentos basados en cannabinoides.
El descubrimiento del sistema endocannabinoide
Durante los años 80 y 90, la investigación dio otro paso clave: entender cómo actúan estos compuestos dentro del cuerpo humano. En 1988 se descubrió el receptor CB1, localizado principalmente en el cerebro, y pocos años después, en 1993, se identificó el receptor CB2, asociado al sistema inmunitario. En paralelo, en 1992 se halló la anandamida, el primer endocannabinoide producido de forma natural por nuestro organismo. Con estos descubrimientos nació el concepto de sistema endocannabinoide, un entramado biológico esencial para la regulación de funciones tan variadas como el apetito, el sueño, el estado de ánimo, la memoria y la respuesta al dolor.
¿Existen cannabinoides en otras plantas a parte de la marihuana?
Los fitocannabinoides “clásicos” (THC, CBD, CBN, CBG, etc.) solo se han encontrado en la planta de Cannabis sativa y sus variedades. Es decir, si hablamos de THC o CBD, no existen en ninguna otra planta conocida. Sin embargo, en otras especies vegetales si que se han encontrado moléculas muy parecidas a los cannabinoides capaces de interactuar con el sistema endocannabinoide:

- Equinácea (Echinacea spp.): Contiene alquilamidas, compuestos que se unen a los receptores CB2, implicados en la regulación del sistema inmune y la inflamación.
- Cacao (Theobroma cacao) y Trufa negra (Tuber melanosporum): Estimula la producción de anandamida, un endocannabinoide natural del cuerpo, conocido como “la molécula de la felicidad”. Esto explicaría en parte la sensación de bienestar que produce el chocolate y la trufa.
- Pimienta negra (Piper nigrum): Contiene beta-cariofileno, un terpeno que actúa como agonista selectivo del receptor CB2, con propiedades antiinflamatorias y analgésicas.
- Helicriso (Helichrysum umbraculigerum): Planta sudafricana con compuestos muy similares al CBG, utilizada en rituales tradicionales. Aunque alguna investigación sugiere la existencia de este compuesto, lo cierto es que ningún estudio ha sido capaz de confirmarlo.
- Kava (Piper methysticum): Utilizada en rituales del Pacífico Sur. Sus kavalactonas pueden interactuar indirectamente con receptores del sistema endocannabinoide, aportando efectos ansiolíticos y relajantes.
- Humulus lupulus (lúpulo de la cerveza): Es pariente botánico del cannabis. Aunque no genera THC o CBD, sí comparte terpenos como el mirceno y el humuleno, y hay estudios que sugieren cierta interacción indirecta con receptores CB2.



