La carrera electoral en EEUU ha creado un gran revuelo, el pulso por el despacho oval entre Trump y Clinton acabó con victoria del primero, algo que seguramente no ha dejado indiferente a nadie.
Separándonos un poco del análisis sobre la fortaleza del bipartidismo en USA (los republicanos y demócratas suman el 95% de los votos), lo que debe dar envidia a muchos países que alardeamos de democracia es el hecho de que durante las elecciones para elegir a su presidente también se hayan realizado diferentes referendos sobre temas que afectan a la ciudadanía, alguno de ellos sobre asuntos tan delicados como la esclavitud (colorado rechazó increíblemente una enmienda para modificar en su constitución referencias vigentes sobre la “servidumbre forzada”), la pena de muerte o sobre de lo que vamos a hablar en este post, el uso medicinal y recreativo del cannabis.
California, Massachusetts…. legalizan el consumo de marihuana
Titulares como “La marihuana gana en EEUU”, “Marihuana, la gran ganadora”, “La cara verde de la jornada electoral”, “La marihuana gana terreno en EEUU” se leen desde hace unos días en los medios de comunicación y es que los ciudadanos de los Estados de California, Massachussets, Nevada y Maine aprobaron la legalización del cannabis con fines recreativos, por lo que, a falta una regulación efectiva en forma de leyes, ya son 8 los Estados de USA en los que se permite o permitirá el uso lúdico de nuestra querida planta (aprobado anteriormente en Alaska, Colorado, Oregón y Washington).
Además, en Florida, Arkansas, Montana y Dakota del Norte se aprobó el uso medicinal del cannabis, quedando ya pocos Estados norteamericanos el los que se prohibe el uso terapéutico, algo que debería estar permitido en todo el mundo.
Partiendo de la base de que en España la ciudadanía todavía no está preparada para votar sobre el cannabis, desde la distancia este tipo de comicios lo que da es envidia… mucha envidia ya que en Europa y concretamente en España nos encontramos a años luz de que un referéndum así se pueda realizar.
Sólo nos queda seguir intentando concienciar a la población y el consuelo de que en otros lugares se ha plantando la semilla de la cordura en asuntos cannábicos, que ya ha germinado y que poco a poco va creciendo.
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