EL AIRE EN LOS CUARTOS DE CULTIVO DE MARIHUANA

El aire es uno de los factores más determinantes a la hora de hacer funcionar un cultivo de marihuana. Muchos son los parámetros que debemos controlar si queremos obtener una cosecha abundante y de la máxima calidad, pero el aire es uno de los factores primordiales. De hecho, en un armario de cultivo, el aire puede resultar la clave del éxito o el fracaso. Además, dentro del aire existen diversas variables que debemos tener bajo control, como la temperatura del mismo, el movimiento, la humedad, el CO2, los olores, los iones o el ozono. La idea del siguiente artículo es aportar al lector toda la información necesaria para mantener el aire de nuestro cultivo bajo control.

Aire en movimiento

Si se pretende obtener una cosecha saludable, abundante y de calidad, debemos controlar dos factores esenciales como son la ventilación y la circulación del aire. Muchos cultivadores noveles no dan importancia a la correcta circulación del aire y, por tanto, descuidan este factor echando a perder su cosecha. Por supuesto, los cultivadores experimentados si que conocen la importancia del aire y no dudan en dedicar su esfuerzo y dinero en montar un sistema de ventilación adecuado a las necesidades de las plantas.

Mantener el aire en movimiento aportando a las plantas aire fresco del exterior resulta de vital importancia para que las plantas desarrollen con éxito sus funciones vitales. Dentro del movimiento del aire existen tres factores principales: los estomas, la circulación y la ventilación. Los estomas son como el hocico de la planta, se encuentra situados en los envés de las hojas y son poros de tamaño microscópico que regulan la cantidad de oxígeno y dióxido de carbono inalado. Por otro lado, la circulación es también importantísima pues las hojas consumen el CO2 de su alrededor en pocos minutos.

Por lo tanto, si las plantas no tienen aire nuevo cargado de CO2, los estomas se bloquearán y se detendrá el correcto desarrollo de la planta. Para evitar que esto suceda debemos mantener el aire en constante circulación para aportar a la planta aire nuevo y que no tenga que conformarse con el aire que ya usado y que, por tanto, se encuentra desprovisto de CO2. Por último, destacar la ventilación, que no consiste en otra cosa que en aportar a las plantas aire fresco del exterior mediante un sistema de extracción e intracción que cree un flujo de aire en la habitación.

Esto es necesario puesto que las plantas transpiran el agua que absorben en el aire, en un proceso similar a la evaporación. De este modo, si no ventilamos el aire del cuarto, la humedad ambiental subiría hasta el 100% bloqueando los estomas y, por tanto, el crecimiento y desarrollo de las plantas.

Temperatura

Otro de los factores determinantes en el correcto desarrollo de un cultivo indoor, es la temperatura que encontramos dentro de éste. El rango ideal de temperatura para una planta de marihuana en condiciones normales es de 22 y 24 grados. Esta temperatura puede reducirse por la noche siempre que no baje de los 8 °C, y por el día puede aumentar hasta los 29 °C, si aumentan más, la planta se paralizará. Por tanto, es necesario controlar la temperatura del cuarto con un termómetro preciso, a poder ser uno diurno-nocturno o máxima-mínima, que mide las caídas de temperatura y las máximas y mínimas; una opción ideal para mantener bajo control la temperatura de nuestro cultivo interior. Mantener la temperatura de nuestro armario dentro de los varemos recomendados determinará el éxito o el fracaso de nuestro indoor.

Temperaturas recomendadas para nuestras plantas de marihuana:

• Plántula: Recién nacida la planta, entre 20º y 25º
• Fase vegetativa o crecimiento: temperatura mínima de 22º y máxima de 28º.
• Fase de floración: temperatura mínima de 20º y máxima de 26º
• Fase final: una o dos semanas antes de cortar se recomienda mantener el cuarto de cultivo entre 18º y 24º para estimular la resina.

Humedad

La humedad es otro de los factores más importantes para el correcto desarrollo de las plantas. Dependiendo de la temperatura, el aire retiene una cantidad concreta de humedad, es por esto por lo que la humedad es siempre relativa. Esta variable en cuestión se mide dependiendo de la proporción entre la cantidad de humedad en el aire y la mayor cantidad de agua que el aire podría llegar a contener a la misma temperatura.

La proporción es simple, a más temperatura más agua puede retener el aire; mientras que, a menos temperatura, menor es la cantidad de humedad que puede contener. Si conseguimos mantener los niveles de humedad entre el 50 % y 60 % durante el periodo de crecimiento, y el 40 % y 50% durante la floración, nos aseguraremos un correcto desarrollo en nuestra cosecha.

De hecho, si los niveles de humedad son bajos, esto resultará fatal para el desarrollo del cultivo, y, por el contrario, si la humedad es mayor de lo necesitado, probablemente aparezcan hongos y otros problemas que arruinen nuestra cosecha. Por este motivo resulta imprescindible el huso de humidificadores y deshumidificadores que puedan corregir los desajustes en los porcentajes de humedad y nos aseguren un correcto desarrollo del cultivo.

El CO2

El dióxido de carbono se encuentra siempre presente a nuestro alrededor. Como definición, señalar que se trata de un gas incoloro, inodoro y no inflamable que se encuentra en el aire que respiramos en una proporción de 0,03 o 0,04%. Si los niveles de CO2 bajan de 0,02% la planta no será capaz de llevar a cabo procesos vitales como la fotosíntesis o su mismo crecimiento.

El CO2

Esto se debe a que, durante el proceso biológico y fisiológico de las plantas, conocido como fotosíntesis, el dióxido de carbono actúa como un estimulante que transforma, mediante la luz, el Co2 en glucosa y oxígeno, dos de los principales sustentos alimenticios de las plantas. Concretamente, la marihuana es capaz de soportar niveles de Co2 de hasta el 0,15%, cifra cinco veces superior al contenido de Co2 de la atmósfera terrestre. Esta característica fisiológica hace que, con mayores niveles de Co2, la marihuana pueda soportar mayores temperaturas y aumente su capacidad metabólica y, por tanto, su rendimiento. Es por tanto conveniente aportar a nuestras plantas un aire oxigenado, limpio y rico en co2. Esto puede ser muy útil en todo el proceso, pero especialmente en los momentos de mayor calor de las bombillas, ya que aplicando Co2 evitaremos la paralización de los procesos biológicos de la planta.

El olor

La discreción es siempre una de las mayores aliadas del cultivador de cannabis. Es por esto por lo que siempre resulta una buena opción adquirir un filtro anti-olor o cualquier sistema que nos ayude a evitar la expulsión de olores que alerten de nuestra actividad a los vecinos o curiosos.

Como todo cultivador de marihuana sabe, los cultivos en interior producen mucho olor, ya que las plantas se encuentran en un espacio reducido y el aroma se concentra y potencia. Para evitar el inconveniente en cuestión, existen toda una serie de posibilidades y artículos que pueden hacer de tu cuarto de cultivo un lugar imperceptible para tus vecinos y visitas.

Generalmente se emplean sistemas de extracción con salida al exterior y un filtro de carbón activo que filtra el aire y quita el olor tan característico de la marihuana. Otra opción es el generador de iones negativos o desionizador, aunque existe una amplia variedad de artículos como los geles anti-olor de pastilla, líquidos o para pulverizar. La mayoría de estos productos combaten los olores cambiando la estructura molecular del aire, por tanto, no disimula el olor a marihuana, sino que acaba con él.

Conclusiones

Controlar los parámetros relacionados con el aire de nuestro cultivo es de vital importancia para el correcto funcionamiento de nuestro cultivo interior. Si controlas todas las variables que se han comentado a lo largo del siguiente artículo notarás una gran diferencia en los resultados de tu cultivo. De hecho, no solo mejorará la calidad, sino también el crecimiento, la cantidad y el aspecto de la cosecha.